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21.08.2025

¿Qué es la recuperación de energía? En un mundo en el que la utilización eficiente de los recursos cada vez es más importante, la recuperación de energía desempeña un papel fundamental. Básicamente, consiste en volver a utilizar la energía que normalmente se perdería en forma de calor residual, fricción o energía cinética.

Vista interior de una planta de producción de acero

Resumen

La recuperación de energía es el proceso por el cual la energía que se genera en un sistema y que de otro modo no se utilizaría, se convierte en una forma utilizable y se vuelve a introducir en el ciclo. Ya sea el calor de plantas industriales, la energía cinética de un vehículo que frena o las diferencias de presión en tuberías de gas, el objetivo es utilizar esta energía para otros fines.

Principios básicos y tecnologías

El principio funcional de la recuperación de energía se basa en el hecho físico de que la energía no puede generarse ni destruirse, sino simplemente convertirse de una forma a otra. La recuperación consiste en transferir la energía que se encuentra en una forma ineficaz o no directamente utilizable (p. ej., la energía cinética de un objeto en movimiento o la energía térmica en forma de calor residual) a una forma de energía utilizable. A menudo se convierte en energía eléctrica, que a continuación puede almacenarse en una batería o en un acumulador de baterías o inyectarse directamente a la red eléctrica.

Representación esquemática de una bomba de calor

Para poder utilizarlo, las bombas de calor llevan el calor a un nivel de temperatura superior durante la recuperación de calor

La conversión de energía explicada de forma sencilla

En muchos procesos, la energía se genera en formas que ya no son necesarias para la finalidad original o que se crean como subproducto. Por ejemplo, un vehículo pierde energía cinética al frenar, que se libera en forma de calor a los frenos y al medio ambiente. Una fábrica genera cantidades considerables de calor residual durante sus procesos de producción. Y aquí es precisamente donde entra en juego la recuperación de energía: convierte esta energía "perdida".

Un equipo utilizado con frecuencia para esta conversión es el generador. Mientras que un motor convierte la energía eléctrica en movimiento, un generador hace lo contrario: convierte la energía cinética en energía eléctrica. Este principio es crucial para la recuperación en vehículos. La recuperación de calor suele implicar intercambiadores de calor que transfieren energía térmica de un medio a otro o bombas de calor que elevan el calor a un nivel de temperatura superior para poder utilizarlo. El uso de redes eléctricas DC en la industria también permite, p. ej., recuperar la energía generada al frenar o bajar cargas. Un ejemplo típico es un robot. Cuando el robot desplaza una caja pesada hacia abajo, el motor convierte la energía cinética en energía eléctrica.

Tecnologías clave de la recuperación de energía


La recuperación de energía utiliza diversas tecnologías para recuperar energía de distintas fuentes. Los enfoques más importantes son:

Brazo robótico en un entorno industrial

Recuperación: Recuperación de la energía cinética

La recuperación es una forma muy extendida de recuperación de energía, p. ej., en coches eléctricos, bicicletas eléctricas o plantas industriales. Al frenar, el motor eléctrico actúa como un generador y convierte la energía cinética en electricidad, que regresa a la batería. Esto aumenta la autonomía y reduce el desgaste de los frenos. La energía también se recupera en las microrredes DC cuando bajan las cargas, p. ej., en robots o transelevadores. Esta energía puede ponerse directamente a disposición de otros consumidores, lo que aumenta la eficiencia y la vida útil y reduce la carga térmica.

Recuperación de calor: uso del calor residual

La recuperación de calor utiliza el calor residual de procesos que de otro modo se perdería sin utilizar – por ejemplo, en plantas industriales, centrales eléctricas o edificios. Es especialmente eficaz en sistemas de ventilación o procesos de producción. El calor se transfiere desde medios calientes (p. ej., aire de escape, gases de escape) a medios más fríos (p. ej., aire fresco, agua) a través de intercambiadores de calor. La energía recuperada puede utilizarse para calefacción, para el tratamiento de agua caliente o para el precalentamiento de procesos. Esto ahorra energía, reduce costes y disminuye el consumo de combustibles fósiles.

Recuperación de la presión

En los sistemas, en los que los medios se transportan a alta presión y esta presión debe liberarse al final del proceso, también puede recuperarse la energía liberada en el proceso. Un ejemplo de ello es la expansión del gas natural en redes de distribución de gas. En lugar de limitarse a reducir la presión mediante estrangulamiento y perder la energía resultante en forma de calor, puede utilizarse un expansor o una turbina para convertir la energía de la presión en energía eléctrica. Esta tecnología es especialmente eficiente cuando hay que superar grandes diferencias de presión.

Otras formas y aplicaciones

Además de las principales tecnologías mencionadas, existen otros métodos especializados de recuperación de energía. Entre ellas se encuentran las siguientes:

  • Recuperación de energía química: en determinados procesos industriales, las sustancias químicas que se acumulan como productos de desecho pueden reciclarse y reutilizarse su energía química.
  • Centrales eléctricas osmóticas: tecnología aún en desarrollo que genera energía a partir de la diferencia de concentración entre agua dulce y salada.
  • Generadores termoeléctricos: equipos que pueden convertir las diferencias de temperatura directamente en energía eléctrica, a menudo utilizados en aplicaciones nicho para utilizar el escaso calor residual.

Ventajas de la recuperación de energía


Las ventajas de la recuperación de energía son múltiples y abarcan desde aspectos ecológicos hasta aspectos económicos y operativos. Es un medio muy eficaz para influir positivamente en el equilibrio energético global y reducir la dependencia de las fuentes primarias de energía.

Conector de carga en la toma de carga de un coche eléctrico

Un coche eléctrico con recuperación necesita menos corriente de carga para recorrer un trayecto determinado

Mayor eficiencia energética

La ventaja más evidente de la recuperación de energía es el drástico aumento de la eficiencia energética. Al recuperar y reutilizar la energía perdida anteriormente, se reduce la necesidad total de energía para un determinado servicio o proceso. Esto significa, por ejemplo, que un coche eléctrico con recuperación necesita menos corriente de carga para recorrer un determinado trayecto, o que una planta industrial con recuperación de calor necesita menos combustible para sus procesos de calefacción. Este uso eficiente de la energía disponible conduce a una optimización de toda la cadena de valor y reduce significativamente la cantidad de energía necesaria. El funcionamiento de los sistemas es cada vez más potente y rentable.

Contribución a la protección del clima y a la transición energética

La recuperación de energía es un potente instrumentos en la lucha contra el cambio climático. Cada kilovatio hora de energía que se ahorra mediante la recuperación no tiene que generarse de nuevo. Esto reduce directamente el consumo de combustibles fósiles, lo que a su vez disminuye las emisiones de gases de efecto invernadero como el CO₂. En una época en la que la transición energética – la transición de las fuentes de energía fósiles a las fuentes de energía renovables – está en el centro de atención, la recuperación de energía es un complemento ideal. Minimiza el consumo total de energía y ayuda a reducir la carga de la red eléctrica, lo que también favorece la expansión de las energías renovables. Hace que todo el suministro de energía sea más sostenible y robusto.

Vista de una planta industrial

Ventajas económicas y ahorro de costes

La reducción de la necesidad energética se traduce en menores costes de funcionamiento. Las empresas y los hogares, que utilizan sistemas de recuperación de energía, pueden ahorrar cantidades considerables de dinero al gastar menos en electricidad, gas u otros combustibles. En el caso de los vehículos eléctricos, la autonomía y la vida útil de los frenos se alargan, ya que están sometidos a menos esfuerzos mecánicos. La inversión en tecnologías de recuperación de energía suele amortizarse rápidamente gracias al ahorro conseguido, lo que la convierte en una opción atractiva para la industria, el comercio y aplicaciones privadas. A largo plazo, la recuperación eficiente de la energía conduce a una estabilización de los costes energéticos.

Campos de aplicación de la recuperación de energía


La recuperación de energía no es una tecnología de nicho, sino que se utiliza en muchos ámbitos de nuestra vida y nuestra economía. Su implementación generalizada es señal de su gran beneficio.

Electromovilidad

La recuperación es un componente esencial de la electromovilidad. Los coches eléctricos, las bicicletas eléctricas y los patinetes eléctricos utilizan sistemas de frenado regenerativo para convertir la energía cinética en energía eléctrica al frenar o descender una pendiente y devolverla a la batería. Esto no solo aumenta la autonomía de los vehículos, sino que también hace que la conducción sea más eficiente. Se trata de un factor clave que aumenta el atractivo y la sostenibilidad de los vehículos eléctricos frente a los motores de combustión convencionales. Sin esta capacidad de recuperación de energía, la eficiencia de los vehículos eléctricos sería significativamente menor.

Sala de servidores

Industria y producción

Los procesos industriales generan mucho calor residual, que a menudo queda sin utilizar. La recuperación de calor ofrece aquí un gran potencial de ahorro: el calor residual de hornos, procesos de refrigeración o servidores puede utilizarse para precalentar aire y agua, para calefacción o para generar electricidad – p. ej., en acerías, centros de datos o plantas químicas. La recuperación de la presión también se utiliza en la industria del gas y del petróleo. Además, la energía de frenado puede recuperarse en microrredes DC y suministrarse directamente a otros consumidores. Esto mejora el equilibrio energético y aumenta la eficiencia.

Tecnología de edificios

Para minimizar su consumo energético, los edificios modernos recurren cada vez más a la recuperación de energía. La recuperación de calor es habitual, sobre todo en sistemas de ventilación. Esta garantiza que el calor del aire de escape no se expulse simplemente al exterior, sino que se utilice para precalentar o preenfriar la entrada de aire fresco. De este modo, se reduce significativamente la energía necesaria para la calefacción en invierno y el enfriamiento en verano. Para alcanzar los elevados estándares de eficiencia, en las casas pasivas y los edificios de bajo consumo energético es un elemento decisivo.

Vista lateral de un tren que está circulando

Transporte público local

La recuperación de energía también desempeña un papel importante en el transporte público local, especialmente en trenes, metros y tranvías. Cuando estos vehículos frenan, sus motores eléctricos, que actúan como generadores, devuelven la energía eléctrica a la red de líneas aéreas o a sistemas de almacenamiento fijos. Esta energía recuperada puede ser utilizada por otros trenes en la misma red para acelerar, lo que reduce significativamente el consumo total de energía del sistema. Esto contribuye a la sostenibilidad del transporte público local y ayuda a reducir los costes de funcionamiento.

Retos y perspectivas

A pesar de sus claras ventajas, la recuperación de energía también plantea retos: inversión inicial elevada, adaptación técnica a los procesos y opciones de almacenamiento limitadas – especialmente con una generación de energía fluctuante. Sin embargo, las perspectivas son prometedoras: los avances en investigación y desarrollo, así como los sistemas de control inteligentes y las Smart Grids aumentan la eficiencia y reducen los costes. A medida que aumenta la conciencia climática, la recuperación de energía se está convirtiendo en un bloque central de la transición energética y de nuestra infraestructura energética.

Conclusión

La recuperación de energía es mucho más que un detalle técnico; es un principio fundamental para la utilización sostenible y eficiente de la energía. Mediante la recuperación y reutilización consciente de la energía que de otro modo se perdería, no solo podemos aumentar significativamente nuestra eficiencia energética y ahorrar costes, sino también contribuir de forma decisiva a la protección del clima y al éxito de la transición energética. Para superar los retos del suministro de energía moderno y allanar un camino sostenible para el futuro, es imprescindible el desarrollo continuo y el uso generalizado de estas tecnologías.

Autor: Phoenix Contact

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